Para garantizar el uso correcto del espacio urbano y la puesta en marcha de los planeamientos urbanísticos, es necesario seguir las normativas impuestas por la legislación urbanística, un ente no físico que le permite a las comunas autónomas establecer los lineamientos técnicos y legales de cómo deben utilizar y aprovechar el suelo.
Si bien la legislación urbanística puede variar mucho de una región a otra, la mayoría de las comunidades autónomas cuenta con una misma estructuración de contenido que les permite tomar acciones en materia de urbanismo, por lo que, la mayoría de las leyes tienen muchos puntos en común y pueden servir de referencia para otros planes urbanísticos. Sin embargo, debido a los cambios que ha habido en los últimos años, cada vez más comunas autónomas diseñan sus propias normativas para dar una solución a cada necesidad que tiene, adaptando su realidad con las medidas legislativas expuestas en la legislación de urbanismo.
Por tal motivo, cada vez más comunidades autónomas están cambiando la perspectiva de cómo estudiar el terreno disponible y hacer uso de él en base a las necesidades reales de la comunidad ciudadana y los límites físicos de la tierra. Por tanto, la legislación urbanística actual busca un enfoque real en el que se pueda aplicar la disciplina urbanística en pos del aprovechamiento del área en beneficio de la comunidad y no en base al estricto seguimiento de la normativa.
Es por estos y más motivos que es de suma importancia conocer qué es la legislación urbanística y qué elementos influyen en la regulación de las actividades basadas en las leyes.
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¿Qué es la legislación urbanística?
La legislación urbanística son todas las leyes que establecen las Comunidades Autónomas para incurrir en materia urbanística y en todo lo relacionado con la ordenación del territorio, así como el uso debido del espacio. De acuerdo a lo establecido en la Sentencia del Tribunal Constitucional 61/1997, de 20 de marzo, la Comunidad Autónoma tiene potestad para regular la ordenación del territorio, urbanismo y vivienda a través de la debida disciplina urbanística.
¿Qué es la disciplina urbanística y cómo influye en la legislación urbanística?
La disciplina urbanística es una serie de pasos y restricciones establecidas por la administración pública a fin de llevar a cabo cualquier plan de urbanización de acuerdo a lo establecido en la legislación urbanística. En efecto, con la disciplina urbanística las comunidades se aseguran de que las actividades urbanísticas están siendo llevadas a cabo bajo la debida supervisión legal. Por lo tanto, la legislación urbanística no será aplicado si no se lleva a cabo las medidas y técnicas pertinentes de la disciplina urbanística.
Aspectos de la actividad urbanísticas reguladas por la legislación urbanística
Entre las normativas que regulan los planes de urbanismo, la legislación urbanística también se encarga de regular todas aquellas actividades con fines urbanos que se hacen fuera y dentro del territorio, tales como:
- El modo de redacción de los instrumentos de planeamiento urbanístico y territorial, tal como: normas y leyes urbanísticas, plan para ordenar el territorio y hasta el planeamiento general que incluye todos los planes de ordenación urbana o con índole similar.
- Clasificación del suelo y su distintivo régimen jurídico, en el que se basará todas las calificaciones que se realicen en el urbanismo.
- Puesta en marcha del plan de acción.
- La injerencia de la administración en los planes de edificación y el uso del suelo luego de su calificación.
- La disciplina urbanística en función de la administración pública correspondiente.
Cabe destacar que dentro de la legislación urbanística también es necesario llevar un control de los instrumentos utilizados para la intervención del suelo y también para establecer la organización administrativa y, posteriormente, su debido régimen jurídico.
Plan de ordenación urbana de acuerdo a la legislación urbanística
El plan de ordenación urbana no es más que la regulación de cada uno de los aspectos del suelo, incluyendo su clasificación y calificación, buscando de esa forma establecer el tipo de suelo, el uso que se le puede dar –y, en base a ello, determinar qué tipo de edificación es la más idónea– y el aprovechamiento que se le puede dar al suelo urbano y urbanizable de acuerdo a los parámetros de construcción y los planes de desarrollo a futuro. Cabe destacar, además, que estos planes de ordenación urbana buscan que uno o más municipios puedan colisionar de forma armónica, aprovechando el espacio disponible y respetando los límites.
Por tal motivo, cuando se planea realizar un plan de ordenación urbana, el primer paso es definir cuál será la estrategia socio-económica que tiene el municipio, la cual debe estar sustentada en todo momento por la legislación urbanística.
Posteriormente proceder a clasificar y calificar el suelo para ver de qué forma se puede aprovechar al máximo la zona disponible, realizar los correspondientes diseños de cómo estará estructurado el espacio en función a la calificación del suelo, la cual delimitará qué tipo de edificación se puede construir, y, además, a las leyes de la comuna, puesto que esta es la que otorga el permiso para construir edificaciones públicas, como es el caso de espacios libres, viales, entre otros. Del mismo modo también se catalogan cada una de las medidas para proteger los elementos naturales o arquitectónicos que deben ser conservados como patrimonio del municipio. Finalmente, programar la construcción de obras públicas, que pueden ser edificios para organizaciones públicas o centros recreativos o culturales.
El último paso es establecer un plazo corto en el que estará vigente el plan de urbanismo y las distintas medidas que se aplicarán de acuerdo a la legislación urbanística para revisar que cada elemento cumpla con los requisitos legales.