Un certificado energético es un documento obligatorio que le da a la vivienda una etiqueta energética que va del verde (ahorro de energía) al rojo (muy intensivo en energía) y un índice cifrado.
Su propósito es educar al comprador o al inquilino sobre el rendimiento energético del edificio y también brinda una serie de recomendaciones para mejorar estos rendimientos.
A continuación te presentaremos los aspectos más importantes que se deben tomar en cuenta de este documento para que entiendas su importancia en el mercado inmobiliario.
Contenidos
Qué es el certificado de rendimiento energético
El certificado de rendimiento energético tiene como objetivo evaluar la cantidad de energía consumida o estimada de un edificio en su uso actual. Atribuye a cada edificio un índice propio, en una escala de A (muy económico) a G (muy intensivo en energía).
Es una especie de «tarjeta de identidad energética» de los inmuebles. Este índice se calcula a partir de las características energéticas resultantes de la auditoría energética del edificio, como el aislamiento, las áreas de pérdida, el tipo de caldera, el sistema de refrigeración y ventilación…
Estos datos son recopilados por un certificador que establece luego cálculos para determinar rendimiento de un edificio. El certificado también hace recomendaciones para el ahorro de energía al indicar qué tipos de optimizaciones o trabajo hacer para mejorar el rendimiento energético del edificio.
Este certificado es obligatorio para cualquier transacción de bienes raíces en Europa, ya sea para venta o alquiler. Hay dos tipos de certificados: el certificado para viviendas unifamiliares y el certificado para oficinas de más de 500 m².
Legalidad del certificado energético
En el mercado inmobiliario español, el certificado energético goza de cumplimiento obligatorio desde el 1 de junio de 2013 cuando se está pensando en realizar un contrato de compraventa o alquiler de un local o vivienda. El vendedor debe entregar el documento al comprador, además de que se agrega entre la documentación.
También debe entregarse a solicitud del posible inquilino, antes de la publicación de cualquier anuncio de alquiler o venta de una propiedad en el mercado inmobiliario y en los momentos clave de la construcción del inmueble.
En la firma del compromiso, el notario requiere el Certificado de Eficiencia Energética para las ventas clásicas de viviendas. El resultado debe mostrarse claramente y tiene que estar disponible al momento del acuerdo de venta
El certificado de eficiencia energética es obligatorio cuando se trata de una venta o arrendamiento, excepto cuando el edificio se adquiere para su demolición. Debe mencionarse en cualquier venta o alquiler publicitario y debe establecerse antes de la venta de la propiedad.
Los indicadores que deben aparecer en los anuncios son los siguientes:
- El código único del certificado o número de identificación;
- Consumo total de energía primaria durante un año estándar, en kWh
- Consumo específico de energía primaria en un año estándar, en kWh
- Clase energética o etiqueta de construcción
El certificado de rendimiento energético debe enviarse al comprador antes de la firma del acuerdo de venta o alquiler, el original en el caso de una venta y la copia en el caso de un arrendamiento. Esta formalidad también se mencionará en el acuerdo para certificar la conformidad legal de la venta / arrendamiento.
Si no se sigue el proceso, el propietario puede estar sujeto a sanciones por incumplimiento de la normativa. Las sanciones incluyen:
- 300€ a 600€ por infracciones leves
- 601€ a 1000€ por infracciones graves
- 1001€ a 6000€ por infracciones muy graves
¿Para qué sirve?
El certificado de rendimiento energético es inicialmente informativo. Permite presentar al candidato para la compra o el alquiler el rendimiento energético de los bienes inmuebles.
El certificado de rendimiento energético muestra varios indicadores, como la clase energética del edificio, el consumo de CO2, el consumo de energía primaria, etc. Esto permite al futuro comprador ver el perfil de energía detallado de la propiedad antes de comprar, y así comparar los diversos consumos de energía para ayudarlo en su decisión.
También se puede utilizar como base para ahorrar energía. Siguiendo sus recomendaciones, el propietario o inquilino puede realizar todo tipo de mejoras y trabajar para optimizar el uso de los recursos energéticos del edificio.
Contenido del certificado energético
Un certificado energético está conformado por varias páginas repletas de información que indica todos los aspectos energéticos de un inmueble, como orientación, situación, envolvente, iluminación y sistemas de producción de energía, entre otros.
La primera página aporta los datos generales del inmueble, así como los del técnico certificador. Allí mismo, en la parte baja, se expresa en qué clasificación entra la vivienda o local dependiendo de la cantidad de emisiones de dióxido de carbono.
Tal clasificación va en una escala desde la A hasta la G y se incluirá en la etiqueta de eficiencia energética al registrar el certificado.
Adicional a la primera página, en el informe se aprecian cuatro anexos con la siguiente información detallada:
- Anexo I: presenta todas las características térmicas.
- Anexo II: contiene la calificación energética con detalle tomando en cuenta las demandas y consumos.
- Anexo III: aporta una serie de recomendaciones para mejorar la clasificación.
- Anexo IV: indica las pruebas usadas por el técnico, así como las comprobaciones e inspecciones hechas a lo largo de la toma de datos.
Quién hace el certificado energético
El certificado energético será solicitado por el propietario y debe ser realizado por un certificador de energía y aprobado por la Comunidad Autónoma a la que pertenece la propiedad.
Por lo general, lo elabora un experto independiente (arquitecto, ingeniero civil, ingeniero industrial o bioingeniero capacitado y aprobado) después de un exhaustivo examen técnico.
Los certificadores deben haber seguido y aprobado la capacitación de certificación para residenciales requerida por las normativas legales. Siguen un procedimiento estricto y utilizan un software oficial, además de que su resultado es totalmente neutral.
El experto utiliza un método de cálculo que tiene en cuenta de manera global toda la energía que «entra y sale» de la vivienda:
- Nivel de aislamiento térmico
- Ventilación y hermeticidad
- Ganancias solares
- Ganancias internas (contribución de electrodomésticos y actividad humana)
- Eficiencia de sistemas de calefacción, refrigeración y agua caliente
- Uso de fuentes de energía renovables
Vigencia del certificado
Las comunidades autónomas tienen las competencias en la materia y se encargan de regular la certificación energética, además de crear un registro oficial que archivará todas las certificaciones.
Goza de una validez de 10 años. Vencido ese periodo, el propietario del inmueble tiene la obligación de proceder a su renovación o actualización, dependiendo de lo estipulado por el órgano competente.
En caso de transformación, un nuevo certificado no es obligatorio pero puede aportar un valor excedente y una posibilidad de valoración cuando se vende la propiedad. Este certificado se puede enviar a cualquier nuevo inquilino o propietario durante su período de validez.
¿Tiene algún costo la realización de este certificado? Sí. Por lo general, el coste depende del tamaño del inmueble, la oferta de certificadores y las condiciones del mercado.
Diferencias con la auditoría energética
A menudo, el certificado PEB se confunde con la auditoría energética. Para no cometer el mismo error, revelamos sus diferencias:
- La auditoría energética es en realidad un análisis de una vivienda para determinar su calidad energética. Hacer una auditoría energética no es obligatorio, pero es útil para adoptar hábitos apropiados y reducir el gasto en la factura eléctrica.
- Además, ten en cuenta que el certificado energético está allí para comparar el rendimiento energético de los edificios. Su propósito no es ayudarte a calcular cuánta energía consumes. De hecho, para determinar los costos de energía, otros factores se tienen en cuenta, como los horarios, hábitos y su estilo de vida.
Conclusión
A modo de conclusión, el certificado de rendimiento energético es la tarjeta de identidad energética de una vivienda. Al igual que la etiqueta energética para electrodomésticos, tiene una escala de calificación que va desde A (muy eficiente en energía) hasta G (que consume mucha energía) y permite la comparación de edificios en venta o en alquiler.
Gracias al certificado energético, es posible comparar el rendimiento energético de los hogares. Para determinar esta noción, por supuesto, se concibió un método de cálculo.
La evaluación tiene en cuenta el rendimiento de la envolvente del edificio, es decir, el aislamiento térmico y las diferentes instalaciones. Además analiza la calefacción eléctrica o gas, agua caliente, ventilación y otros elementos.
Más específicamente, este certificado indica el rendimiento energético de un inmueble. Lo expresa utilizando varios factores como la clase de energía, el consumo total pero también específico de energía primaria, energía renovable y la cantidad de CO 2…
Este certificado también puede hacer recomendaciones para mejorar el rendimiento energético de una vivienda. En España es un documento obligatorio cuando se realizará un contrato de compraventa o alquiler de algún inmueble.
El propietario debe encargarse de solicitar la evaluación a un técnico independiente. Pasar por alto este requerimiento legal puede implicar sanciones con multas que van desde cientos hasta miles de euros.
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